El programa más completo de la historia de la competición
Las 835 pruebas realizadas antes y durante la competición han dado negativo
Un 25 % más de controles por equipo que en Francia 2019
La FIFA ha implementado el programa antidopaje más completo de la historia de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™. Las 835 pruebas realizadas antes y durante la competición hasta los cuartos de final han arrojado resultados negativos.
Todos los equipos se sometieron a controles sorpresa antes del torneo y a pruebas regulares tras los encuentros y en las jornadas de descanso. Con el objetivo de llevar a cabo el programa más relevante posible y basado en datos empíricos, todas las pruebas se realizaron en función de criterios clave, como las recomendaciones de la Unidad de Gestión del Pasaporte del Deportista de la FIFA, las posibles lesiones, los datos de rendimiento y el historial de controles de las futbolistas.
El programa se ha implementado en colaboración con Sport Integrity Australia (SIA) y Drug Free Sport New Zealand (DFSNZ), así como con la Unidad de Gestión del Pasaporte del Deportista, integrada por expertos independientes que han revisado los datos de las jugadoras para detectar desviaciones que puedan indicar el abuso de sustancias que mejoran el rendimiento.
Estas son las cifras de los controles realizados con anterioridad y en el transcurso del Mundial:
La FIFA ha realizado 835 tests (449 antes del torneo y 386 durante el mismo, hasta los cuartos de final), además del resto de pruebas llevadas a cabo por las organizaciones nacionales antidopaje y las confederaciones en 2023.
La FIFA ha recogido 1711 muestras (824 de orina, 415 de sangre, 409 para el perfil sanguíneo y 63 de gotas de sangre seca).
El número de pruebas ha aumentado en un 25 % por selección en comparación con la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™.
Antes del inicio del torneo se han realizado pruebas a todos los equipos.
Las muestras se analizaron exclusivamente en entidades acreditadas por la AMA y la mayoría de los análisis tuvieron lugar en el laboratorio de Sídney (Australia).